En un paso más del acercamiento entre Estados Unidos y Cuba, los presidentes Barack Obama y Raúl Castro sostuvieron este viernes una inusual conversación telefónica tras el anuncio de nuevas medidas de Washington para flexibilizar el embargo.
Ambos líderes coincidieron en elogiar la labor mediadora del papa Francisco, quien inicia este sábado su primera visita a la isla caribeña, en el mejoramiento de las relaciones bilaterales.
También conversaron sobre la agenda de temas que se tratarán en los próximos meses como parte del proceso hacia la normalización de los vínculos bilaterales, en vísperas de la visita de Castro a Nueva York, para asistir a la Cumbre sobre la Agenda para el Desarrollo Post-2015 y al 70 período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas el próximo día 25.
Un comunicado de la Casa Blanca indicó que Castro y Obama elogiaron la cooperación de profesionales médicos cubanos y estadounidenses durante la visita a Haití del Naval Buque COMFORT esta semana.
A partir del lunes
Un poco antes, el gobierno de Barack Obama anunció la flexibilización de las restricciones entre Estados Unidos y la isla en los servicios empresariales, los viajes, las telecomunicaciones, la banca y las remesas.
A partir del lunes, cuando entran en vigor las medidas, algunas empresas estadounidenses podrán abrir oficinas, locales de almacenamiento y otras instalaciones en Cuba.
La Habana no se pronunció sobre las nuevas medidas en particular. Una nota de la Cancillería cubana indica que Raúl Castro insistió en la necesidad de eliminar definitivamente el embargo, en vigor desde 1962, una posición que mantiene sistemáticamente.
"Simplemente que EE.UU. ya no impida a las empresas estadounidenses tener una presencia física en la isla no quiere decir que los cubanos lo permitirán. Sin embargo, los pasos hacia la reconciliación están ocurriendo gradualmente y probablemente no es una coincidencia que ocurra otro antes de la llegada de Francisco en Cuba", señaló Will Grant, corresponsal de BBC Mundo en La Habana.
"Los líderes discutieron las medidas que los Estados Unidos y Cuba pueden tomar, juntos y por separado, para avanzar en la cooperación bilateral, aunque seguiremos teniendo diferencias sobre cuestiones importantes y trataremos esas diferencias con franqueza", señaló la Casa Blanca.