01 mayo 2015

Cientos de estudiantes buscan refugio en la embajada de EE.UU. en Burundi

Atemorizados y desesperados, cerca de mil estudiantes universitarios buscan refugio en la embajada de Estados Unidos en un país marcado por la corrupción, la violencia y el genocidio.
Están en la capital de Burundi, una pequeña nación en el centro del continente africano donde el ingreso per cápita anual promedio es sólo US$260 y la expectativa de vida es apenas de 54 años, según el Banco Mundial.
¿Qué llevó a los estudiantes a buscar refugio? El gobierno cerró la universidad en la capital, Bujumbura, alegando motivos de seguridad en medio de una creciente y violenta crisis política.
Una semana de disturbios dejó al menos siete muertos y más de 60 heridos, mientras el presidente Pierre Nkurunzira insiste en que las protestas en su contra son "ilegales".
Pierre Nkurunzira
El exprofesor de educación física y presidente Nkurunzira dijo que buscará un tercer mandato, algo que prohíbe la Constitución.
El presidente anunció que buscará un tercer mandato en las elecciones de junio, una decisión que según la oposición no sólo viola la Constitución sino el acuerdo de paz que puso fin a 13 años de guerra civil.
El país "está en riesgo de estallar", advirtió Tom Malinowski, secretario adjunto de Estado para democracia, derechos humanos y trabajo de EE.UU. durante una visita a Bujumbura.
"Hemos instado al gobierno a no permitir que la situación llegue a un punto sin retorno, o todo lo que se ha progresado en la última década puede perderse", declaró.

Sobrevivir con US$19 al mes

Cualquier riesgo de violencia política generalizada en Burundi, excolonia belga, hace sonar alarmas no sólo en África sino en el resto del mundo.
La región de los Grandes Lagos aún vive las heridas del genocidio de 1994 en la vecina Ruanda, que dejó más de 800.000 muertos. Y Burundi tiene, al igual que Ruanda, una mayoría Hutu y una minoría Tutsi.
Joven buscando refugio en Burundi
La violencia dejó en una semana al menos siete muertos y más de 60 heridos, en uno de los países más pobres del mundo con una expectativa de vida de 54 años.
Ambos grupos étnicos han protagonizado numerosas masacres en Burundi y el mismo Mandela lideró uno de los esfuerzos para negociar acuerdos de paz. El presidente Nkurunzira es de la etnia Hutu.
¿Y qué pueden esperar ahora en medio del caos los estudiantes?
Serge Claver Nzisabira, de 25 años, cursa inglés en la Universidad de Bujumbura. Llegó a la capital de una zona rural, vive con otros cuatro compañeros en dos habitaciones minúsculas, donde comparten dos colchones.
Serge caminando sobre un caño para llegar a clases
Largo camino. Serge (segundo desde la izq) rumbo a clase antes del cierre de la universidad.
Todos ellos apenas sobreviven con la beca mensual de 30.000 francos burundeses (unos US$19) por cabeza. En febrero los estudiantes salieron a la calle a protestar por el atraso en el pago de las mensualidades y Serge dijo a la agencia AFP que ahora subsiste con una comida al día.
Es difícil para estudiantes como Serge Claver Nzisabira saber a quien acudir en su país, donde la corrupción es tan endémica que la nación fue clasificada 159 en la lista de 175 naciones de Transparencia Internacional.
Tras reunirse con el presidente de Burundi, Tom Malinowski dijo a la prensa: "Me quedé con la idea de que este país, con una historia tan complicada y difícil es como una olla hirviendo y aunque uno le ponga una tapa sigue en ebullición".
Serge caminando en las calles de Bujumbura
Muchos estudiantes como Serge vienen de zonas rurales y no pueden regresar a casa por el cierre de caminos.
Por el bien de Serge, sus compañeros, compatriotas y vecinos en África, la esperanza de muchos observadores es que el presidente Nkurunziza no siga conduciendo a su país a otro estallido.

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